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El mundo en crisis, deporte en crisis

Héctor Palau

Columna Héctor Palau

El mundo en crisis… Deporte en crisis

Por Héctor Palau Saldarriaga.

La crisis mundial que se vive como consecuencia del COVID -19 no excluye para nada al deporte, pero tampoco es la catástrofe el hecho de que el calendario de competencias deportivas esté sufriendo aplazamiento y hasta cancelación en otros casos.

Grandes eventos universales como los Juegos Olímpicos, grandes citas del tenis, varias válidas de la Fórmula 1, pruebas del calendario ciclístico, citas enormes de las maratones y hasta el fútbol en algunos países ya no se verán este año y se han pospuesto para el próximo año mientras que otras grandes citas como el tour, la vuelta o el giro esperan ser re-acomodadas con muchas dificultades y luchan por sobre vivir en la temporada.

No es distinta la situación en nuestro país, en el que el primer semestre está prácticamente liquidado y el segundo está en veremos.

La media maratón de Bogotá, certamen icono del país y del calendario mundial, ya se anunció para el otro año agregando que Correcaminos organizadores de la Media, también confirmaron que todo su calendario se pospone al 2021, el Mundial de Patinaje  en Colombia corrió un poco más de un mes su programa, con un signo de interrogación que depende más del propio contexto internacional que de los mismos organizadores dispuestos a dar la lucha por mantenerlo en este año.

Y no solo esto: el fútbol de la liga Bet Play trata de moverse con la creación de medidas que den garantías para que al menos a puerta cerrada, el balón ruede mientras que los panamericanos JR en Cali para el 2021 ya están cerca de decidir su traslado al 2022 y a partir de allí, todo es movible.

Pero esto no puede llamarse catástrofe: NO…

Esta es una situación difícil, muy difícil como también la viven los hombres y mujeres del espectáculo, de la cultura y en general podría decirse que no hay sector que no esté afectado por el COVID-19.

Ante este panorama y a sabiendas que mientras no esté controlado, y peor aún, liquidado el virus, no podremos hacernos más que sueños de una re apertura del calendario.

Todos quisiéramos que fuera ya, o al menos muy pronto, pero primero está la salud de todos.

Es una realidad hoy dependemos de la vacuna como única garantía total, mientras tanto estamos con la amenaza  permanente y con total incertidumbre frente a lo que realmente pueda ser el futuro del deporte y naturalmente del mundo.

Panorama bien difícil que en buena parte también depende de cada uno de nosotros mismos, depende del comportamiento que asumamos siendo solidarios, acatando las normas del gobierno y la disciplina total frente a los cuidados personales y grupales.

Teniendo AUTOCONTROL.

Desde el mismo Tokio se escuchan voces alertando por la dificultad que puede correr el mismo máximo evento del planeta tierra como son los Olímpicos, pues se considera una amenaza viviente el virus mientras la vacuna no esté lista.

Estos hechos claros nos tienen que servir de reflexión, profunda.

Debemos soñar con un calendario de competición nacional y mundial, pero con prudencia, con respeto por lo fundamental que es la salud.

El momento actual nos tiene que volver más humanos, más solidarios, nos tiene que hacer entender que somos humanos y por lo tanto demasiado frágiles.

Esto nos tiene que aterrizar, se acabaron los extraterrestres, muy duro que tuviera que llegar un momento como este para darnos cuenta que podemos y debemos entendernos más, apoyarnos más, que esas diferencias abismales creadas en torno a los ídolos, los grandes eventos, no lo son tanto y siendo terrícolas, al final todos necesitamos de todos, y que cada quien tiene importancia según el momento, teniendo siempre respeto por los demás.

Llegó el momento de reinventarnos, de tener mayor equilibrio, de salir de esta situación con aportes creativos con un gran revestimiento de solidaridad y decisión de recuperar el tiempo de aislamiento que debe servir para ser propositivo y con toda la decisión luchar por una nueva humanidad que es la que al fin ha sido golpeada, al planeta no lo metamos allí, pues el planeta sigue y se ha visto beneficiado, el planeta está respirando mejor, somos nosotros los que estamos obligados a un nuevo comportamiento.

Mi vida ha estado en muy buena parte demasiado cercana a los eventos, al trabajo periodístico  de campo, recorriendo escenarios dentro y fuera dl país, chicos grandes y muy grandes, pero hoy quiero tener toda la paciencia, respeto y ante todo comprender la gran dificultad que tiene la dirigencia nacional y mundial para encontrar las fórmulas de una reprogramación de sus calendarios.

La tienen difícil, la tenemos muy difícil, pero de esta saldremos todos unidos.