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Trata de personas, expresión exacerbada de la violencia contra las mujeres

Trata de personas, expresión exacerbada de la violencia contra las mujeres

 

En el mundo, el 65% de las víctimas de Trata identificadas son mujeres y niñas, principalmente con finalidades sexuales y para labores de cuidado. Debido a que, cultural y socialmente, los cuerpos de las mujeres se han sexualizado y mercantilizado y a que aún persisten los estereotipos de género.

En el marco de la conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra la Trata de Personas, la Secretaría Distrital de la Mujer resalta la importancia de visibilizar el delito como una forma de violación a los derechos humanos de las mujeres, además invita a reflexionar sobre los factores que intervienen, las consecuencias que conlleva ser víctima de este delito, y la importancia que tiene el abordar la Trata de Personas con enfoque de género.

Las mujeres víctimas se encuentran inmersas en ciclos de violencias que detona en su victimización, en donde dominan directamente sus cuerpos y vidas, a través de su instrumentalización para la explotación en beneficio propio o de un tercero.

Este delito desconoce la dignidad humana del género femenino, desborda y cuestiona los límites del ejercicio de poder y se interrelaciona con el riesgo al feminicidio. Así mismo, las víctimas experimentan graves impactos psicosociales que afectan todas las dimensiones de sus vidas: individuales, familiares, comunitarias y sociales.

Nuestra experiencia desde la Secretaría Distrital de la Mujer nos ha permitido identificar algunos factores que pueden llegar a poner en mayor riesgo a mujeres, niñas y adolescentes de ser captadas por los tratantes y posteriormente ser explotadas.

– Pobreza y desigualdad. Barreras para el acceso y permanencia en el sistema educativo que crean dificultades para crear y materializar sus proyectos de vida, donde las mujeres son más vulnerables al empobrecimiento dados los roles de género tradicionalmente atribuidos a las mujeres en la sociedad.

– Limitada participación laboral. Las mujeres tienen mayor índice de desempleo y mayor precarización de las condiciones en las que trabajan o realizan sus actividades económicas. Estas situaciones hacen que ofertas laborales, en apariencia legítimas, sean mucho más atractivas.

– Problemas familiares. Experiencias de maltrato y abuso en la niñez, estructura familiar incompleta, ausencia de entornos protectores para niñas y adolescentes y la violencia intrafamiliar, aumenta la posibilidad de caer en manos de tratantes que fingen ofrecer el afecto ausente en el hogar.

– Discriminación por género. Exclusión en razón al sexo, la orientación sexual y la identidad de género, la ocurrencia y naturalización de violencias en contra de mujeres, niñas y adolescentes, la desvalorización de los cuerpos de las mujeres y su instrumentalización para satisfacer todo tipo de necesidades, así como la existencia de una cultura y comunicación sexista contra las mujeres explica que la mayor parte de las víctimas sean de esta población. De igual manera, al género se le suman factores de discriminación como el grupo étnico, la condición de discapacidad, la clase social y la nacionalidad.

– Alta feminización del fenómeno migratorio. El contexto de migración irregular y vulnerable que coloca a las mujeres en situaciones de peligro en su integridad, derechos humanos y seguridad.

No existe un “prototipo” de víctima de Trata de Personas

Reconocemos la importancia de analizar este delito desde los enfoques de género, diferencial y de derechos de las mujeres, contribuyendo a brindar una atención humanizada y restauradora además de generar acciones de prevención, que partan desde el conocimiento del delito de la Trata de Personas, las formas en las que se presenta, los escenarios de riesgo, posibles mecanismos de autoprotección y las rutas existentes en el Distrito para la atención de las víctimas.

En la ciudad de Bogotá, los servicios de asistencia para las víctimas de este delito, corresponde al Comité Distrital de Lucha contra la Trata de Personas, quienes a través de acciones articuladas entre las entidades distritales brinda los servicios estipulados en el Programa de Protección y Asistencia.

Es así como se ha construido la ruta distrital de atención a las víctimas del delito de Trata de Personas, que lidera la Secretaría Distrital de Gobierno, en donde se brindan los servicios de asistencia, protección, investigación y judicialización.

En la Secretaria Distrital de la Mujer contamos con la Estrategia contra la Trata de Personas que se encarga de transversalizar el enfoque de género y que tiene como objetivo el velar porque se protejan los derechos de las mujeres, así como evitar la revictimización.

Si bien en el Distrito hemos recorrido un largo camino para hacerle frente a este delito, aún tenemos mucho camino que recorrer y sin duda, esta es una labor que no podríamos realizar sin el apoyo de otros actores como la empresa privada, las organizaciones de la sociedad civil, la academia, los organismos internacionales y la ciudadanía. Todas y todos podemos contribuir a la eliminación de la Trata de Personas por medio de acciones protectoras de derechos, de visibilización y sanción de las violencias contra las mujeres y de la identificación de posibles casos de Trata en la cotidianidad para ponerlos en conocimiento de las autoridades. Con ello estaremos contribuyendo a la creación de una ciudad que proteja y garantice los derechos humanos de las mujeres.